domingo, 31 de marzo de 2013

Hora Santa en acción de gracias por Pascuas de Resurrección





Inicio: Ingresamos en el Oratorio. Nos disponemos a iniciar la adoración eucarística, y para ello hacemos silencio, tanto exterior como interiormente. Dios, dice el Santo Padre Benedicto XVI, “habla en el silencio”, y es para poder escuchar su dulce voz desde la Eucaristía, que silenciamos la palabra exterior, al tiempo que buscamos de evitar todo pensamiento que nos aleje de la Presencia de Jesús Eucaristía. Venimos a adorar a Jesús en este tiempo pascual, tiempo caracterizado por la alegría, no la alegría del mundo, vana y superficial, sino la Alegría de Cristo resucitado, que es la Alegría misma de Dios, que es “Alegría infinita”, como dicen los santos. Le pedimos a la Madre de la Alegría infinita, María Santísima, que nos asista en esta adoración, para que participemos de la alegría de su Hijo resucitado. Acudimos también a la ayuda de nuestros ángeles custodios, y a la de todos los ángeles y santos del cielo, cuyo nombre es “felices”, es decir, “bienaventurados”, porque poseen la visión beatífica de la Santísima Trinidad y del Cordero de Dios, para que el recuerdo de su alegría, a la que estamos llamados, nos alivie las penurias de este “valle de lágrimas”.
Oración inicial: “Dios mío, yo creo, espero, Te adoro y Te amo. Te pido perdón por los que no creen, ni esperan, ni Te adoran, ni Te aman” (tres veces).
Meditación
Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús, venimos a adorarte a Ti, que estás Presente en la Eucaristía, resucitado, vivo, glorioso, lleno de la luz y del Amor divino, tal como estuviste en el Santo Sepulcro, el Día glorioso de la Resurrección, el Día de Pascua, el Día que la luz de tu Ser trinitario iluminó los cielos, la tierra y los infiernos, con el esplendor de la gloria divina.
Oh Sagrado Corazón, que lates de Amor en la Eucaristía y palpitas refulgente de gloria en el sagrario como en el sepulcro el Día de la Resurrección, te rogamos que infundas junto al Padre, al Espíritu Santo en nuestras almas, para que nos alegremos por tu Muerte y Resurrección que nos abrieron las puertas de la salvación.
Oh Sagrado Corazón de Jesús, cuyos latidos cesaron con tu muerte el Viernes Santo, para reanudarse y ya no finalizar nunca el Domingo de Resurrección, haz que nuestros corazones fundan sus latidos con los tuyos; así nos uniremos a tu Amor y dolor redentores; así nuestra vida se consumirá en el Amor a Dios y a los hermanos.
Oh Sagrado Corazón de Jesús, que el Viernes Santo en la Cruz fuiste oprimido por nuestros pecados, por nuestras maldades; oh Sagrado Corazón de Jesús, que el Sábado Santo reposaste en el sepulcro en espera de la Resurrección; oh Sagrado Corazón de Jesús, que resucitaste el Domingo de Pascuas para ya no morir más, concédenos la gracia de alegrarnos en tu asombroso misterio pascual, para que Tú seas nuestra única alegría y nuestra única razón de ser y existir.
Oh Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús, a quien los hombres hicimos cesar los latidos en la Cruz, pero a quien Dios le insufló su gloria divina en el Santo Sepulcro, concédenos la gracia de no sucumbir nunca ante la muerte del alma, el pecado, para vivir la vida de la gracia, anticipo de la vida gloriosa en los cielos que Tú nos granjeaste con tu Misterio Pascual.
Oh Sagrado Corazón de Jesús, que el Domingo de Resurrección alegraste a los ángeles y a los santos del cielo al volver a vivir, Tú que tienes “las llaves de la vida y de la muerte”, haz que transitemos este camino oscuro que es la vida terrena, con tu misma alegría, la Alegría infinita de tu ser divino; haz que la alegría de tu Resurrección nos acompañe en todo momento, especialmente en la tribulación, para que la esperanza de contemplarte cara a cara en los cielos sea la única meta de nuestro existir.
Preces
Oración final: “Dios mío, yo creo, espero, Te adoro y Te amo. Te pido perdón por los que no creen, ni esperan, ni Te adoran, ni Te aman” (tres veces).


2 comentarios:

  1. ALABADO SEA EL SANTÍSIMO SACRAMENTO DEL ALTAR SEA POR SIEMPRE BENDITO Y ALABADO MI JESUS SACRAMENTADO

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  2. AMADO JESÚS EUCARISTÍA TU QUE CON PACIENCIA NOS ESPERAS CADA DÍA GRACIAS POR TU INMENSO AMOR , POR HABERTE QUEDADO EN EL PAN CONSAGRADO POR SER EL AMORA DE LOS AMORES , NO PERMITAS QUE NUNCA ME APARTE DE TI.

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