martes, 23 de diciembre de 2014

Glorifiquemos y adoremos a la Trinidad porque la noche de Belén se ilumina con el esplendor del Niño Dios



En la noche de los tiempos
la luz divina
llega a los hombres,
revestida de Niño, 
a través del Portal de la Eternidad,
María de Belén.

 Adoremos a Dios Hijo hecho Niño,
adoremos al Padre que nos lo envió,
adoremos al Espíritu de Amor;
 gloria eterna al
Dios Uno y Trino
que nos dona su Amor. 

Glorifiquemos y adoremos
a la Trinidad
porque
la noche de Belén
se ilumina
con el esplendor
del Niño Dios.


P. Álvaro Sánchez Rueda
Navidad de 2014

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